La disortografía se refiere a una dificultad para con la escritura, que puede surgir independientemente de que haya o no alteraciones en la lectura. De forma específica, afecta al contenido y composición de la palabra, dejando al margen los aspectos de forma y trazado implicados en el acto escritor. La conceptualización clara y precisa de la disortografía evita los diagnósticos confusos, en los que se solapan, a veces, problemáticas escritoras diversas, que suelen denominarse con términos afines, pero que implican dificultades muy distintas.
Por otra parte, es imprescindible conocer la naturaleza y la etiología de los trastornos ortográficos, ya que son muchas las causas (intelectuales, perceptivas, lingüísticas, pedagógicas, etc.) que pueden estar suscitándolos, siendo las más frecuentemente detectadas las visoespaciales y las perceptivo-lingüísticas.
A partir de lo dicho anteriormente, cabe afirmar que la reeducación de la disortografía no puede limitarse a una mera corrección sistemática de las “faltas de ortografía” (natural, visual y de reglas) mediante métodos rígidos e inflexibles (copias, dictados), sino que deberá configurarse como un proceso de intervención integral, que aborde también los déficits subyacentes (factores causales) implicados en el fracaso ortográfico, y que es necesario evaluar y considerar como base de la reeducación.
De manera general, se puede decir que en el mecanismo de la escritura, a nivel ortográfico, están implicados dos procesos básicos:
· Un proceso de discriminación, que supone la utilización de los fonemas como símbolos auditivos. Este proceso exige un funcionamiento adecuado de la percepción auditiva, para permitir la diferenciación de los distintos sonidos que constituyen los fonemas componentes de una palabra.
· Un proceso de simbolización, que implica el uso de signos gráficos –grafemas correspondientes a los fonemas. Este proceso requiere la intervención de la percepción auditiva, visual y espaciotemporal, por lo que es necesario un determinado grado de madurez de los mismos.
Se podrían citar, como causas fundamentales de disortografía, las siguientes:
· Causas de tipo perceptivo:
¨ Deficiencias en percepción y en memoria visual y auditiva. Tales dificultades pueden ocasionar problemas, a la hora de discriminar los sonidos de los fonemas -discriminación auditiva-, de retener el dato sonoro escuchado previamente para transcribirlo -memoria auditiva- o pueden interferir el recuerdo de algunas peculiaridades ortográficas que, no atendiendo a la correspondencia fonema-grafema, se apoyan en la memoria visual -palabras escritas con “b” o “v”, con o sin “h”, etc..
¨ Deficiencias a nivel espaciotemporal. Este tipo de percepción resulta importante para la correcta orientación de las letras, para la discriminación de grafemas con rasgos similares, en cuanto a su orientación espacial -b/d, p/q, etc.-, y para el adecuado seguimiento de la secuenciación y ritmo de la cadena hablada ¾cadencia rítmico-temporal.
· Causas de tipo intelectual:
¨ Déficit o inmadurez intelectual. La existencia de un bajo nivel de inteligencia general, determina, en muchos casos, los problemas de ortografía.
Para lograr una transcripción correcta, son necesarias ciertas operaciones de carácter lógico-intelectual, que faciliten el acceso al aprendizaje del código de correspondencia fonema-grafema, y el conocimiento y distinción de los diversos elementos lingüísticos (sílaba, palabra, frase), que permitirán darle sentido al enunciado escuchado y aislar adecuadamente los componentes de una frase.
· Causas de tipo lingüístico:
¨ Es evidente que, si el niño articula mal un determinado fonema, o lo substituye por otro en el lenguaje oral, como por ejemplo: que substituya /s/ por /z/, cuando tenga que repetirlo interiormente para transcribirlo, lo pronunciará mal y su escritura será igualmente defectuosa.
¨ También podría darse por un deficiente conocimiento y uso de vocabulario.
Partiendo de la base de que cuanto más vocabulario tiene un niño, más amplia es la posibilidad de que conozca la ortografía de un número mayor de palabras y, por tanto, cometerá menos errores al escribirlas.
· Causas de tipo afectivo-emocional:
¨ Bajo nivel de motivación. Es esencial en el momento de escribir, ya que si el niño no está lo suficientemente motivado, presta menos atención a la tarea y puede cometer errores, aunque conozca perfectamente como se escribe.
· Causas de tipo pedagógico:
¨ El propio método de enseñanza resulta inadecuado, por utilizar técnicas tan perjudiciales como el dictado (como veremos más adelante), o por no ajustarse a las necesidades diferenciales e individuales de alumnado,no respetando el propio ritmo de aprendizaje de la persona.
. Actualmente, la intervención en la disortografía ha avanzado y mejorado su calidad, gracias a las investigaciones sobre el tema.
No se puede hablar de un modelo de intervención en concreto, sino de una variedad de técnicas y recursos, donde converge una multiplicidad de aspectos: percepción auditiva, visual, espacio-temporal, memoria auditiva, visual, vocabulario, etc., que pueden incidir en el aprendizaje de la ortografía, y dejando de centrar el énfasis tan sólo en la corrección de las faltas de ortografía.